Un 25 de abril de 1852 nace Leopoldo Alas, Clarín

La triunfante supervivencia literaria de Clarín, más allá de un culto local ovetense, ha sido casi un milagro. Lo aborrecieron muchos de sus contemporáneos, que le temían, y siempre tuvo en contra a los tradicionalistas y ultramontanos.

La vida de Clarín fue una opaca rutina confortable que aliviaba un alma tan dolorida. Era suspicaz, pero también vulnerable (adoraba a sus amigos) y, en cualquier caso, como señalan sus biógrafos, su vida estuvo marcada como consecuencia de una humillante y dolorosa tuberculosis intestinal que amargó su vida con estreñimientos y dolores crónicos, amén de fatigas pertinaces. Yvan Lissorgues sabe muy bien lo que dice cuando plantea que una vida, más que una hilera de acontecimientos, «es conciencia, grado de conciencia». Y eso, una enorme y generosa conciencia, fue el escritor más complejo y más culto del siglo XIX español. Conviene recordar que el interés intelectual, crítico, de origen krausista, da un sentido especial a sus obras; a ello se suman otros elementos de la filosofía de la época, en especial de la corriente positivista, del realismo y del naturalismo. Si el krausismo marcó el horizonte ético e intelectual del escritor, la corriente positivista del realismo y el naturalismo le proporcionó una manera de poner entre paréntesis ciertas parcelas del mundo y de examinar, valiéndose del microscopio naturalista, al ser humano de su tiempo.

El centro de su pensamiento filosófico y religioso se articula entre el reconocimiento del poder de la razón y la permanente intuición del misterio. El «realismo humano» de Clarín adopta las enseñanzas de movimientos y personajes tan dispares como el naturalismo de Victor Hugo, el psicologismo de Bourget o el racionalismo espiritual de Renan. Clarín fue el heredero de Mariano José de Larra, en cuanto que buscaba, como el escritor romántico, un sentido racional a la vida. Ambos preceden a los modernistas en la preocupación por las formas y en el culto de la belleza. Si bien es indiscutible que la gran obra que deja Clarín es su novela La Regenta, sus relatos breves y su teatro son parte insoslayable de su producción y destacan por la ironía y la ternura inteligente. En cuanto a su vocación teatral, en 1885 estrenó Teresa, obra considerada actualmente como uno de los intentos más notables de renovación del teatro español del siglo XIX.

Leopoldo Alas, ‘Clarín’
Nombre completo Leopoldo García-Alas y Ureña
Nacimiento 25 de abril de 1852
Zamora
Defunción 13 de junio de 1901
Oviedo
Seudónimo «Clarín»
Ocupación escritor, profesor, periodista
Nacionalidad española
Período Generación del 68
Lengua de producción literaria Español
Lengua materna Español
Género Novela, ensayo, cuento
Movimientos realismo

 

Leopoldo Alas, 'Clarín'
… su poder y centró sus esfuerzos literarios en la descripción de la interioridad humana. Para Clarín, no hay valor auténticamente humano que no sea valor de interioridad. De ahí sus implacables …
Leopoldo Alas, 'Clarín'
… las suyas constituyen su verdadera biografía intelectual y afectiva. También por eso no hay, para Clarín, valor auténticamente humano que no sea valor de interioridad. Durante toda su vida denunció la …
Leopoldo Alas, Clarín
… su poder y centró sus esfuerzos literarios en la descripción de la interioridad humana. Para Clarín, no hay valor auténticamente humano que no sea valor de interioridad. De ahí sus implacables …
Leopoldo Alas, Clarín
… su poder y centró sus esfuerzos literarios en la descripción de la interioridad humana. Para Clarín, no hay valor auténticamente humano que no sea valor de interioridad. De ahí sus implacables …

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