Independencia de Hispanoamérica
Proceso revolucionario desarrollado en las antiguas colonias españolas de América (1810-1824), que culminó con la independencia de todas ellas, con excepción de Cuba y Puerto Rico. Ecuador y Alto Perú (Bolivia) iniciaron ese proceso algo antes, en 1809.
Desde principios del siglo XVI, España mantuvo la posesión de un extenso y diverso territorio en el continente americano. A principios del XIX, tras la invasión napoleónica de la península Ibérica, las colonias hispanoamericanas, a las que habían llegado las ideas de la Revolución Francesa, vieron la ocasión propicia para conquistar su independencia.
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Introducción
La independencia de Hispanoamérica, precedida por una serie de conatos revolucionarios desde fines del XVIII, entró en su fase inicial en 1810, cuando se formaron distintas juntas revolucionarias y se depuso a gobernantes españoles. Aunque las tropas realistas lograron sofocar casi todas las rebeliones, una segunda fase, que tuvo como principales protagonistas en Sudamérica a Simón Bolívar y José de San Martín, y en México a Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide, consiguió, en la década de 1820, la independencia de un vasto territorio que se extendía de Chile a México.
A diferencia de lo que sucedió tras la independencia de las colonias británicas de Norteamérica, las colonias hispanas del continente se disgregaron en numerosos estados, cuyos límites coincidieron generalmente con los de las anteriores…
América Latina en el siglo XIX
Introducción
Retrato de cuerpo entero del emperador Pedro I. Grabado. París. Biblioteca Nacional.Tras la proclamación de la independencia, la América Latina es libre, pero el sueño de Simón Bolívar —«realizar la Santa Alianza de los pueblos americanos»— se ha malogrado, lamentablemente. El origen de la división está en la «conquista», que, como avanza a saltos, es irregular. De este tipo de ocupación nacieron los estados aislados, separados por «territorios de nadie», por fronteras imprecisas que serán fuentes de conflictos después de la independencia. Hay que añadir también la inmensidad del continente, las dificultades de comunicación, las diferencias entre los pueblos, y la equívoca actitud de los Estados Unidos y de Inglaterra, que no desean el desarrollo de la América Latina como gran potencia.
