Sistema inmunológico

El sistema inmunológico humano se basa en un equilibro entre el ataque a las infecciones y la neutralidad ante los tejidos sanos del organismo.

Nuestro organismo no está preparado para permanecer en un continuo estado de alerta, pero la vida moderna nos exige una actividad incesante que nos llega a enfermar. No dormir lo suficiente, las conductas sedentarias, la soledad, experiencias estresantes a largo plazo, el alcoholismo y la obesidad, son las algunas de las causas principales que afectan el sistema inmunitario.

La doctora Esther M. Sternberg, profesora de la Universidad de Arizona, es un ejemplo de científicos que ahondan en los problemas psicofisiológicos relacionados con el estrés. En libros como The Balance Within: The Science Connecting Health and Emotions (El equilibrio por dentro: la ciencia que conecta salud y emociones) se recopilan experimentos que muestran la influencia de los sistemas neurológico y endocrino –los más relacionados con el estrés– sobre el sistema inmunológico.

Otros estudios más experimentales, como el que ha desarrollado los investigadores ICTA-UAB, e impulsado por la Fundación Bancaria «la Caixa», remarca que el potencial terapéutico de los bosques no recae sólo en el bienestar que puede producir un paseo por el bosque sino en la posible interacción de los componentes químicos que genera gran parte de la vegetación con nuestra salud. Estos compuestos tienen, entre otras, una conocida acción bactericida.

Además, el estudio también sondea el efecto potencial de la microbiología del bosque sobre las personas. El objetivo este estudio experimental es contribuir en la investigación del papel de la química forestal y su posible repercusión sobre la salud de las personas.

Los hábitos de vida saludables incluyen seguir una alimentación equilibrada con alta presencia de vegetales, frutas, legumbres, cereales integrales y proteínas de alto valor biológico. Tanto la vitamina C, como el resto de las vitaminas, minerales como el zinc, antioxidantes como los polifenoles o los betacarotenos, grasas como los Omega-3 y la fibra (sobre todo de tipo soluble) son elementos básico de una nutrición saludable y equilibrada.

La Inmunidad. El Sistema Inmunitario

El sistema inmunitario es el conjunto de elementos y procesos biológicos en el interior de un organismo que le permite mantener la homeostasis o equilibrio interno frente a agresiones externas, ya sean de naturaleza biológica (agentes patógenos) o físico-químicas (como contaminantes o radiaciones), e internas (por ejemplo, células cancerosas).

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En la imagen se muestra una recreación de los leucocitos, (del griego λευκός [leukós] ‘blanco’, y κύτος [kytos] ‘bolsa’, de ahí que también sean llamados glóbulos blancos) son un conjunto heterogéneo de células sanguíneas que son ejecutoras de la respuesta inmunitaria, interviniendo así en la defensa del organismo contra sustancias extrañas o agentes infecciosos (antígenos). Se originan en la médula ósea y en el tejido linfático.

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Introducción

Con el término sistema inmunitario se agrupa un

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Sistema Inmunitario

El Sistema inmune esta conformado por una serie de órganos, tejidos y células esparcido de manera amplia por todo el cuerpo.

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En la imagen se muestra neutrófilos, es un tipo de glóbulo blanco, un tipo de granulocito y un tipo de fagocito. La sangre contiene muchos tipos de células: glóbulos blancos (monolitos, linfocitos, neutrófilos, eosinófilos, basófilos y macrófagos), glóbulos rojos (eritrocitos) y plaquetas.

Desde el punto de vista de sus características estructurales podemos encontrar órganos macizos como el timo, el bazo y los ganglios linfáticos y estructuras tubulares como los vasos linfáticos que se encuentra intercomunicando algunos de los órganos mencionados anteriormente. Si se toma en cuenta las funciones que realizan, entonces se pueden clasificar dichos órganos en primarios y secundarios. En los primeros tienen lugar la generación de las células que conforman al sistema inmune (linfopoyesis) y además existe un microambiente idóneo de modo que los linfocitos adquieren su repertorio de receptores específicos para cada tipo de antígeno. Mientras que los segundos se encargan de hospedar las células capacitadas funcionalmente para interactuar con microorganismo o antígeno, atrapados por estos órganos, en un entorno adecuado para que las mismas interactúen con dichos agentes extraños al organismo y los eliminen. Como ya habíamos dicho anteriormente, estos órganos están interconectados por vasos sanguíneos y vasos linfáticos, de forma tal que se constituye un sistema unitario, entrelazado y bien comunicado. Estos vasos transportan las células del sistema inmune, de las cuales el actor principal es el linfocito (Los linfocitos constituyen el 25% de los leucocitos sanguíneos, y el 99% de las células linfáticas. Existen unos 10 billones de linfocitos en el cuerpo humano, que equivalen a la masa del cerebro).

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