El televisor vuelve a ser el gran receptor de las familias.

La televisión nunca ha dejado de ser el centro de la gran mayoría de los hogares desde que inició su andadura a mediados del siglo pasado.

La aparición de internet y nuevos hábitos de consumo de productos audiovisuales en diferentes pantallas parecía amenazar su hegemonía familiar. La feria IFA celebrada la semana pasada en Berlín demuestra que los principales fabricantes mundiales de televisores apuestan por la gran pantalla -cada vez más grande- con muchas prestaciones en un lugar preeminente de las viviendas.

Las pantallas son cada vez más nítidas, claras, luminosas y con colores más naturales. Se trata de una pantalla que permite a dos personas ver diferentes programas de forma simultánea en la misma pantalla. El truco es el mismo que se utiliza en la mayoría de los televisores 3D.
El televisorwa de alta definición, con tamaños colosales presentan una resolución del futuro 4K, que multiplica por cuatro el HD actual. De esa forma, con 3.840 x 2.160 píxeles, muestra unas imágenes tan nítidas y cercanas a la realidad que se ve a simple vista, que la sensación de profundidad se presenta en ocasiones como si se tratara de tres dimensiones. Estos nuevos estándares tardarán en imponerse porque, faltan los contenidos en el mercado para esa resolución.

Otros avances en televisión han sido las pantallas OLED, una tecnología que proporciona una gran calidad de imagen, con unos colores muy profundos, un gran contraste y una frecuencia de refresco de imagen muy elevada.
En resumen; frente a las múltiples pantallas, la industria apuesta por el gran receptor donde dos espectadores vean programas distintos en la misma pantalla y al mismo tiempo la calidad de las tres dimensiones se mejora, aunque la mayoría mantiene la necesidad de utillizar las gafas para el 3D.

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